
Parecía que no iba a llegar nunca. Días horrorosos de calor nos precedían, a pesar de estar casi en noviembre. Pero, al menos a Gran Canaria (el resto de las islas no sé) parece que está llegando ya el querido y anhelado OTOÑO. Lento, pero seguro.
Ya llevamos dos días seguidos de lluvia casi incesante durante toda la noche, y ayer, en clase de inglés, los vestidos y pantaloncitos cortos dieron paso a pantalones vaqueros en su gran mayoría. Vamos, que ya está haciendo un poquito de fresquibiris, y que siga así, que a mí, por lo menos, me encanta que haga frío. Supongo que será porque al vivir en un isla estoy tan acostumbrada al calor que cuando llueve o hace un poquito de frío, me pongo hasta contenta. Aunque he de reconocer que el clima de mi tierra me encanta. Cuando nos dicen que somos unos privilegiados tienen razón, pero esto es como cuando no tienes algo y deseas tenerlo, como aqui casi nunca tenemos el considerado "mal tiempo", cuando lo hay a mí por lo menos me alegra.
Y esta mañana al levantarme, he tenido la confirmación de que el otoño ha llegado al ver en la tele una imagen del pico del Teide con nieve, poquita, pero la hay. Y menos mal, porque a este paso me veía en agosto comiendo polvorones, que el tiempo está loco y cada año las estaciones empiezan más tarde.
Para llegar a tener una estampa igual o parecida a la de la foto aún falta mucho, pero ya llegará. Id sacando los abrigos que dentro de nada hay que usarlos. Que conste que el que avisa no es traidor, jajaja.